Un reciente estudio sueco ha demostrado que la ingesta de alimentos grasos está unida a un menor riesgo de padecer la diabetes tipo 2, la forma más común de las variables de esta enfermedad. Durante años, la creencia de que este tipo de alimentos afectaba directamente a las dolencias de corazón resurge ahora más íntimamente ligada al consumo de azúcar y a sus efectos en la regulación de la sangre en el organismo.
La investigación llevada a cabo en Suecia fue dada a conocer en el encuentro anual que organiza la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes. Los resultados, fruto de un análisis llevado a cabo en 27.000 personas aproximadamente, demuestran que las personas que ingieren en torno a ocho comidas catalogadas como grasas al día tienen un 23 por ciento menos de riesgo de padecer diabetes.
Los resultados obtenidos responden a catorce años de trabajo en los que se han analizado los hábitos alimenticios de miles de sujetos. Entre otras conclusiones, los responsables del experimento no dudan en afirmar que concretamente la nata es uno de los alimentos con mayor efecto en la prevención.
Hasta el momento, estudios previos al referido aseguran que reemplazar altos niveles de grasas saturadas con grasas “de calidad” no saturadas era el mejor camino para prevenir este tipo de dolencia.
A la hora de llevar a cabo todos los análisis los investigadores han tenido en cuenta factores tales como el índice de masa corporal de los sujetos, el consumo diario de alcohol y tabaco; y también el consumo de alimentos grasos, prestando especial atención al consumo de carnes de diferentes tipos.
Por otro lado, en relación a los lácteos Ulrica Ericsson, una de las responsables de la investigación, asegura en uno de sus comunicados que “El consumo diario de esta clase de alimentos debe formar parte de una dieta equilibrada, pero es sumamente importante ser consciente de la cantidad que se consume, ya que el alto índice de calorías que contribuyen al sobrepeso es el mismo responsable del origen de la diabetes tipo2”.
Con todo esto, lo más certero de toda esta investigación es la necesidad de llevar una vida lo más saludable posible. Pese a no estar claro el umbral de por dónde pasa la prevención de este tipo de dolencia, sí es vedad que mantener una actividad física diaria y no abusar de las grasas saturadas ni del azúcar contribuye a una salud y bienestar mayores.
A.Teles
Redacción