martes, 05 diciembre 2023

Sueños lúcidos como terapia sanadora

“Los sueños, son las respuestas de hoy a las cuestiones de mañana”

(Edgar Cayce)

La historia de los sueños lúcidos es bastante curiosa, pues eran utilizados desde los albores de los tiempos por los chamanes de América y los monjes tibetanos, y no es hasta el año 415 que tuvimos constancia en Occidente de su existencia. Fue con el monje San Agustín de Hipona donde en un escrito hace referencia y relata cómo mientras dormía, se encontraba a la vez consciente y fuera de su cuerpo, observándose a sí mismo yaciendo en la cama con los ojos cerrados.

Bastante diferente es la experiencia de los monjes budistas donde las primeras nociones se encuentran en los escritos del siglo VIII. En ellos se leen que utilizaban una práctica que llamaban yoga del sueño, basada en mantener la conciencia despierta durante las diferentes fases del sueño.

Los chamanes por su parte, hablan de un conocimiento ancestral que les fue transmitido como medio de encontrar soluciones y respuestas a los problemas de la comunidad. Uno de los transmisores más conocidos de estas culturas es el antropólogo y chamán mexicano Carlos Castaneda que en prólogo de su libro “El arte de ensoñar”  nos dice cómo en nuestro mundo que creemos único y absoluto, es sólo un mundo dentro de otros mundos consecutivos, los cuales están ordenados como las capas de una cebolla.

Pero no es hasta el año 1867 que en Occidente se habla por primera vez de manera abierta de este fenómeno. La persona que lo hizo fue El Marqués de Saint Denys, publicando en ese año el libro: “Los sueños y cómo dirigirlos; observaciones prácticas”.

Casi cien años más tarde, supimos de un pueblo aborigen de Australia, llamado Los Senoi que viajaban conscientemente al mundo de los sueños, donde decían tomar contacto con sus ancestros. Curiosamente, sus representaciones de este tema son siempre dibujos con rayas y puntos de colores, inmersos en unos complicados diseños, igual a los que observamos cuando nos quedamos dormidos de manera consciente. Estos colores y dibujos se observan también cuando se entra en un estado profundo de meditación.

Pero ¿qué son exactamente los sueños lúcidos?

La descripción sencilla en la que están de acuerdo todos los investigadores es que son aquellos en los que sabemos, somos conscientes, de que estamos soñando.

Lo interesante y terapéutico, es que esta toma de conciencia, nos permite actuar deliberadamente en nuestro sueño, con la seguridad de que nada malo puede pasarnos, ya que sabemos que nuestro cuerpo está dormido, estamos a salvo, soñando. Incluso, podemos llegar a tener la experiencia de ver nuestro cuerpo desde afuera de nosotros mismos. De ahí a que podamos intervenir en los sucesos de nuestros sueños para por ejemplo, sanar nuestras emociones. Por esta razón es que se les conoce también con el nombre de sueños conscientes.

Normalmente soñamos de forma pasiva: nos ocurren cosas que observamos. Despertar en un sueño lúcido, nos da la posibilidad de que seamos nosotros los que pongamos las reglas, el guión, tomar las decisiones dentro del sueño, o dirigirlo a nuestra voluntad.

Numerosas personas que efectúan esta práctica, hablan de los beneficios que obtienen disfrutando y explorando todo el potencial del mundo onírico con total libertad. La experiencia de vivir los sueños despiertos, la califican de muy enriquecedora para sus vidas, y de un enorme valor curativo psicológico.

La primera vez que la ciencia habla de los sueños lúcidos fue en 1968, cuando la psicóloga inglesa Celia Green publica el libro Lucid dreams, basado en las experiencias que llevó a cabo con diferentes sujetos. En este tiempo, aún la ciencia no reconocía el tema importante como para investigarlo. Sólo hubo algunos intentos de unos movimientos interesados y las conclusiones a las que llegaron se les llamó “los pre-acordados”, que como su nombre indica, eran teorías sin consenso científico sobre la validez del fenómeno.

La fecha clave vino en los años 80 cuando Stephen Laberge (profesor de matemáticas en la universidad de Stanford) lleva a cabo los experimentos en un laboratorio llamado del sueño, disertando de los colegas del doctorado. Laberge, en la actualidad lidera la Fundación que él mismo creó: El Instituto de la Lucidez. A él se debe la evolución y refinación de las investigaciones, con una amplia oferta de cursos para quienes se interesen en aprender estas técnicas.

La etapa básica es conocer los estados del sueño, que son 5:

1.- Estado hipnológico

2.- Sueño ligero

3 y 4.- Sueño profundo

5.- Sueño REM

En el estado REM es donde tenemos los sueños más vívidos y recordables, y es en este estadio en el que se provoca la lucidez o la consciencia dentro del sueño.

Robert Waggoner investigador experto en sueños lúcidos, después de publicar su libro: “Lucid Dreaming: Gateway to the Inner Self”, cuenta cómo recibió numerosa correspondencia de personas que afirmaban haber superado padecimientos como la ansiedad o estrés post-traumático. Él afirma que trató a personas víctimas de guerras o de ansiedades extremas, y que al ponerlos en contacto directo con sus miedos a través de sus sueños naturales, obtuvieron grandes beneficios terapéuticos.

También comenta que es eficaz para personas que no tienen graves problemas, pues las ayuda a conocerse mejor y a ser más asertivas en la confrontación de los problemas de la vida diaria.

Todos los autores recomiendan que se aprenda y empiece a practicar con la guía de personas expertas.

Para saber más:

“Curso de sueños lúcidos” (Lynne Levitan y Stephen LaBerge)

“El sueño lúcido” (Consuelo Barea)

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María Alcalde
Redacción

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