La visualización es una rama de la meditación, que consiste en una serie imágenes representadas mentalmente, basadas en la realidad o en la fantasía. Practicar la visualización regularmente conlleva grandes beneficios, y nos ayuda a materializar todo lo que habita en nuestro pensamiento, armonizando cuerpo y mente.
Realizar este tipo de ejercicios es muy sencillo. Para ello, comienza por imaginar algo que te gustaría vivir o tener. Puede tratarse de una experiencia, una circunstancia que te gustaría mejorar, o un objeto que te gustaría poseer. Colócate en una posición cómoda, que te permita relajar tu cuerpo completamente.
Comienza a relajar cada parte de tu cuerpo, desde los dedos de los pies a la coronilla, y deja que toda la tensión salga de ti. Respira lenta y profundamente, y empieza a contar despacio hacia atrás, de 10 a 1. Siente como cada segundo tu cuerpo está más y más relajado.
Una vez te sientas completamente relajado/a, visualiza en tu mente esa imagen de aquello que te gustaría. Si es un objeto, imagínalo, visualízate utilizándolo, y sintiéndote feliz por ello. Si es una situación o un evento, imagina que está ocurriendo exactamente como a ti te gustaría. Puedes visualizar lo que la gente diría, o pensar en detalles que hagan la imagen más real.
Mientras retengas esa imagen en tu mente, realiza afirmaciones positivas sobre tu visualización para ti mismo/a, puedes hacerlo tanto en voz alta como baja. Estas declaraciones forman una parte muy importante de la visualización. Termina el ejercicio autoafirmándote con la siguiente frase: “Esto, o algo mejor, llega a mí de la forma más pacífica y armoniosa”.
Si durante la visualización vienen a tu mente dudas o pensamientos negativos, no intentes suprimirlos. Eso, les dará más importancia de la que tienen en realidad. Simplemente déjalos fluir y focaliza tu atención en tus afirmaciones positivas.
Realiza este ejercicio tanto rato como quieras, y si lo disfrutas, repítelo tan a menudo como puedas. Después de un tiempo, descubrirás que entre otros beneficios, la visualización ayuda a adoptar una actitud positiva ante la vida, promueve el perdón, relaja el cuerpo e incluso fortalece las defensas. No pierdes nada por intentarlo.
María Bofill García
Redacción