jueves, 21 septiembre 2023
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Los beneficios de la terapia asistida con animales

Se suele decir que el perro es el mejor amigo del hombre, pero no sólo estos animales mantienen una buena relación con los seres humanos. A diferencia de las personas – con quienes a veces podemos chocar y no llevarnos bien – por regla general, los animales no tienen prejuicios para acercarse a los humanos. Es por esta razón, que la terapia asistida con animales se ha convertido en un buen método para mejorar tanto física como psicológicamente.

Estas terapias nacen en Inglaterra durante el siglo XIX, momento en el cuál un neurólogo francés descubrió que la interacción con un caballo mejoraba el sentido del equilibrio, el movimiento de las articulaciones y el control muscular de sus pacientes. Años después en 1944, la Cruz Roja Americana llevó a cabo el primer programa de rehabilitación en beneficio de los aviadores, en el Centro para convalecientes de la Fuerza Aérea de Nueva York.

En España, algunos hospitales como el Campdevànol en Girona, han recurrido a las terapias asistidas con canes para estimular a las personas con mayor edad y sacarles de su rutina habitual.

Dentro de este campo de tratamientos, hay que diferenciar la terapia asistida de las actividades con animales. La terapia asistida con animales es un tipo de tratamiento terapéutico en el que intervienen un animal y un profesional sanitario, con el objetivo de mejorar una dificultad específica del usuario.

Con este tipo de terapia, se busca la mejoría física, emocional o social del paciente, desde un contacto directo con el animal. Los más frecuentes en estas terapias asistidas son los delfines, los caballos o los perros, aunque con un entrenamiento constante casi cualquier animal puede intervenir en los tratamientos.

Por otro lado, las actividades asistidas buscan – con la ayuda de algún animal – aumentar la calidad de vida del usuario a través de fines más recreativos. La diferencia entre ambos tratamientos es que en el caso de las actividades, éstas no están dirigidas por un profesional de la salud, sino por un adiestrador de la especie concreta utilizada.

Los beneficios de estar en contacto con animales son bastante altos. Entre el paciente y el animal en cuestión, se crea un vínculo muy especial, gracias al cual se consiguen tanto beneficios físicos como psicológicos y emocionales. Acariciar el animal estimula la bajada de la presión sanguínea y la reducción de los niveles de estrés, además de disminuir los factores de riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares. También se consigue una mejora del estado anímico de la mayoría de los receptores.

Todo tipo de personas pueden ser partícipes de las actividades asistidas con animales. Sobre todo, la terapia asistida va destinada a niños con autismo para trabajar su forma de relacionarse, enfermos de alzheimer para aumentar la atención y su contacto con la realidad, personas discapacitadas o ancianos.

Las relaciones con los animales parecen mucho menos complicadas que con las personas. La conexión que se genera entre ambos – usuario y animal – obviamente no es inmediata, con trabajo diario y contacto directo se puede llegar a empatizar en gran medida con el animal. Una manera diferente y divertida de mejorar el estrés y la calidad de vida.

Sandra Sánchez Guerra
Redacción

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