Al parecer los altos cargos ya han decidido por nosotros sin previa consulta ciudadana. Aun siendo pertinente más ahora en plena ebullición democrática, aclamación de referéndums y expresión colectiva.
Medidas como la exención fiscal absoluta, cambios ex profeso en legislación y ámbito urbanístico, la reducción del 55% al 10% sobre la tasa del juego…aquella frase tan manida que repiten los padres a los hijos “el fin no justifica los medios” y también escuchada en boca de políticos parece que se queda en mera retórica. Efectiva en el discurso pero negada en la acción, viene a ser una tautología.
Pues tal y como manifestaba el poeta y dramaturgo alemán Johann Wolfgang Goethe “Se tiende a poner palabras allí donde faltan las ideas”.
Precisamente palabras no faltan para resaltar las bondades de estos proyectos: creación de empleo, incrementar el turismo o la inversión extranjera.
Cual Mefistófeles seduce al Fausto de Goethe para vender su alma al diablo y conseguir así poder y conocimiento, pues las ganancias bien merecen el coste. Es sino la metáfora actual en la elección de lo material respecto a lo espiritual y la consiguiente pérdida del alma.
Tal y como manifiestan desde la Federación Española de Jugadores Rehabilitados “Es como si a un alcohólico le montan un botellón en la puerta de su casa (…) Es cierto que la presencia de Eurovegas no va a crear nuevos ludópatas, pero sí puede atraer a muchas personas con el recurso del supuesto dinero fácil y despertar la adición latente al juego que tiene mucha gente”.
Porque quizá se olviden las contraprestaciones e impacto social no sólo como reclamo de juego, también se abre la veda al consumo de alcohol, tabaco, contaminación ambiental, exceso energético, blanqueo de dinero, trata de blancas o redes mafiosas.
Tras el destello de las luces de neón está el dolor encubierto, por ejemplo en un estudio publicado en Social Science & Medicine se advierte que en Las Vegas el riesgo de suicidio es un 50% mayor entre los habitantes que cualquier otro lugar.
Es más los visitantes de Las Vegas tienen el doble riesgo de suicidarse que si se quedan en su casa o visitan otro lugar.
Si hay algo que determina el turismo es la buena reputación e imagen de una ciudad o país.
Un lugar que además de ser visitado es digno de vivir allí: las calles tan limpias de los países nórdicos o el nuevo campus de la Universidad de Economía de Viena que además ser un referente educativo también lo es a nivel arquitectónico. Hoy en día existen alternativas de éxito: el ‘turismo slow’, ‘turismo de experiencias’, ‘turismo verde’ o ‘viajes de alta cocina’.
Todo pasa por invertir en lo que verdaderamente importa: cultura, educación, medioambiente etc. invertir en definitiva en un futuro a largo plazo. Con estos medios sí que ganamos siempre y nos beneficiamos todos.
Jorge Dobner
Editor
En Positivo