Un congreso no tiene porqué ser aburrido. Así lo demostraron payasos de México, Nicaragua, El Salvador, Perú, Honduras, Belice, R. Dominicana y EE.UU. que se reunieron la semana pasada en México para hablar sobre lo último en maquillajes, nuevas tendencias en pelucas y trucos de magia, pero también para exigir, con risas, paz para el país y dignidad para ellos.
Hasta la decimoquinta Convención Internacional de Payasos, celebrada en el Distrito Federal, llegaron personajes de todo tipo: gordos payasos de cara rosada, un supermán con bastón, coloridos vagabundos con ropa raída y narices de goma, payasas de trenzas rojas y flores que expulsaban agua, cocineros con paraguas (curiosa combinación) y enormes zapatones… todos con un objetivo muy claro: hacer reír y expresar su rechazo a la violencia.
La Feria de la Risa, organizada para compartir experiencias entre payasos de todo el continente americano, mostró lo más novedoso en entretenimiento, parodias y espectáculos. Además se organizó un mercadillo con toda clase de trucos, ropa y maquillajes, así como conferencias y actividades para intercambiar y pulir habilidades y dignificar la noble tarea del payaso: hacer reír.
En este congreso todos se ríen mucho, pero no va en broma. Paralelamente al evento, más de 400 payasos salieron a la calle y durante algunas horas pasearon sus divertidos colores entre el espantoso tráfico de la capital mexicana. Bajo el lema “Por un mundo sin violencia, payasos por la paz” pidieron el fin de la violencia para un país que sufre constantes crímenes y asaltos.
El evento tuvo de todo: risas, mercadillo, desfile, tiempo para las reivindicaciones serias, e incluso un récord Guinness: el de la risa más larga. Por lo visto, los payasos que asisten a este congreso intentan superar juntos el tiempo que dura una carcajada ininterrumpida. Y así llevan alargando su risa desde que se celebrara el primer congreso. Su principal objetivo, según afirmaron, es el de hacer reír, no sólo al público, sino también a ellos mismos.