Hace unas semanas os hablamos sobre la práctica del coche compartido o carpooling, como sistema para ahorrar y reducir las emisiones de CO2. Ahora en En Positivo os hablamos de lo último: un servicio urbano de alquiler de coches eléctricos como alternativa al uso del vehículo particular.
Autolib: el nuevo sistema de coches compartidos
A estas alturas son ya muy populares en Europa los sistemas de alquiler de bicicletas urbanas. Este medio de transporte forma parte del paisaje de las ciudades como alternativa de transporte cómodo, barato y sostenible, y han ido aumentando su número de socios en los últimos años.
Ha llegado el momento de dar un paso más y, en este caso, ha sido París la que se ha lanzado a la piscina a la hora de probar un sistema, similar al de las bicicletas, pero que utiliza coches eléctricos y que pretende, en un futuro, reducir, si no sustituir, el uso del vehículo particular.
El Autolib comparte el mismo concepto que el Velib, el sistema de alquiler de bicicletas urbanas en París, el de acceder de forma libre a un vehículo, coche o bicicleta, en diferentes estaciones repartidas por toda la ciudad y poder dejarlo en otra estación diferente.
Autolib comenzó el pasado día 2 de octubre su período de prueba que se prolongará durante dos meses, con una primera remesa de 66 vehículos eléctricos biplaza repartidos en 33 estaciones de la ciudad. De esta forma se pretende potenciar el uso del coche compartido para disminuir las emisiones de CO2, aliviar el tráfico en la capital francesa y reducir de forma considerable la contaminación acústica, a la vez que se otorgar a los usuarios la mayor flexibilidad posible en cuanto a desplazamientos.
Los vehículos que se utilizarán son denominados Bluecar. Han sido fabricados por la empresa Bolloré y diseñados por el tradicional estudio italiano Pininfarina, la empresa de los Ferraris. Estos vehículos compactos circulan gracias a unas baterías de litio, metal y polímero, y tienen una autonomía de 250 kilómetros. Los coches, mientas no se utilicen, estarán anclados a un enchufe para su recarga en las estaciones de reposo.
Annick Lepetit, responsable de transporte en el ayuntamiento de París, ha asegurado que el Bluecar es el futuro de los desplazamientos urbanos. “Los coches privados son caros y la gente cada vez los usa menos en las ciudades,” aseguro. “Nos dirigimos a una nueva cultura, la cultura de compartir el coche.”
De color gris metalizado y depuradas líneas aerodinámicas, el Bluecar tiene 3,65 metros de largo, alcanza hasta los 130 kilómetros por hora y no despierta ninguna queja respecto a humos o ruidos, porque no produce ninguno. Si no ves un Bluecar, ni siquiera sabrás que lo tienes delante.
Estos coches cuentan con un interior muy austero y están equipados con un sistema de navegación GPS y una caja de cambios automática, todo ello con el objetivo de facilitar la conducción.
La forma de acceder a ellos es también muy sencilla: la empresa concesionaria ofrece diferentes abonos, de 144 euros el anual, 15 euros el semanal y diez euros el diario. La primera media hora de utilización cuesta entre cinco y siete euros, según el abono elegido, la segunda entre cuatro y seis y el resto entre seis y ocho.
¿Qué más se puede pedir? Es limpio, barato, compacto, cómodo y rápido. Es simplemente sorprendente. Pero sí es verdad que para el año 2013, cuando estén en circulación los 5.000 Bluecars que están previstos, tendremos que pasear por la capital francesa con mil ojos, porque estos coches son absolutamente silenciosos.